Por comer alimentos ecológicos, por salud, por respeto al medio, por
paladar, para evitar los circuitos clásicos del modelo capitalista, para
apoyar al territorio y sus campesinos… Por alguna o por todas estas
razones, las cooperativas de consumo, —agrupaciones de familias o
consumidores que compran directamente a los productores de proximidad de
fruta, verdura, carne, pan o cualquier otro alimento y se
autogestionan— están experimentando un gran crecimiento en los últimos
años.
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